Patakí de Oggún
- Natalia Bolívar Aróstegui
- 29 jun 2017
- 1 Min. de lectura
Oggún, el dueño del hierro, es un montuno irascible y solitario. Cuando los orishas bajaron a la tierra fue él quien se encargó, con su machete infatigable, de cortar los troncos y las malezas para abrirles paso. Vivía entonces en casa de sus padres, Obatalá y Yemú y junto a sus hermanos Ochosi y Elegguá. Oggún estaba enamorado de su madre y varias veces quiso violarla, lo que no consiguió gracias a la vigilancia de Elegguá. Oggún se las arregló para conseguir su propósito pero, para su desgracia, Obatalá lo sorprendió. Antes de que este pudiera decir nada, Oggún gritó: -Yo mismo me voy a maldecir. Mientras que el mundo sea mundo lo que único que voy a hacer es trabajar para la Ocha.- Entonces se fue para el monte sin más compañía que sus perros, se escondió de los hombres y ningún orisha que no fuera Ochosi, su hermano el cazador, consiguió verlo. Trabajaba sin descanso, pero estaba muy amargado. Además de producir hierros, se dedicó a regar ofoché (polvos) por todas partes y el arayé (la tragedia) comenzó a dominar el mundo. Fue entones cuando Ochún se metió en el monte, lo atrajo con su canto y le hizo probar la miel de la vida.
Oggún siguió trabajando, pero perdió la amargura, no volvió a hacer ofoché y el mundo se tranquilizó. Hay quienes dicen que cuando salió del monte, Ochún lo llevó hasta Olorun, quien lo amarró con una cadena enorme, pero esto es un cuento. ¿Qué cadena podía ser más fuerte que la miel de Ochún?
Festividad: 29 de Junio

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